Uno de los principales atractivos que ofrecen las aguas de la región para los amantes de la pesca deportiva es la excelencia cuantitativa y cualitativa de las capturas. Vale recordar que, por ser una actividad deportiva, está reglamentada.
La temporada comienza habitualmente el segundo sábado de noviembre y culmina en la última semana de abril.
Esto no es casual. Responde a la necesidad de preservar el recurso, permitiendo a los peces desarrollar, sin alteraciones, su ciclo reproductivo (que se produce en invierno).
Finalizado el otoño, los peces inician un fatigoso viaje aguas arriba de los ríos y arroyos para el desove. En lagos y espejos provinciales (no dijimos en los parques nacionales.), se permite la pesca -con las correspondientes restricciones- durante todo el año.
La reproducción de las truchas requiere condiciones especiales; aunque parezca mentira, hacen falta 2.000 huevas para producir un kilo de trucha. Esto se debe a que la fecundación es externa, y la corriente, los predadores naturales y otros factores, contribuyen a que buena parte de dichas huevas se pierdan.
El hecho de pescar fuera de las fechas autorizadas implica un nuevo factor de alteración que genera la muerte de reproductores y la pérdida -a mediano plazo- de uno de los principales atractivos turísticos de la región. De usted depende que esto no suceda.
Para esta actividad, deberá contar con el correspondiente permiso de pesca extendido por Parques Nacionales, organismos provinciales, o casas de pesca autorizadas, y ceñirse a los lineamientos establecidos en el Reglamento de Pesca vigente, que deberá ser conocido perfectamente por el pescador.
Donde comprarlo? Adquiéralo en las ciudades -ya sea en las oficinas de organismos oficiales, o en casas de pesca- y no se confíe en comprárselo al guardaparque, ya que no todos ellos lo venden.
El premio a tanto control es elocuente: truchas marrones, fontinalis o arco iris lo esperan en las aguas de ríos, arroyos y lagos de la región, y según el criterio que usted adopte, también estarán allí esperando a sus hijos… Reiteramos que nos referimos a especies exóticas. La fauna íctica autóctona (nativa), en todos los casos, está protegida por la Ley, por lo que no se la debe pescar.
Las modalidades de pesca van desde el spinning (con cucharita desde la costa) o el trolling (pesca embarcado), hasta el fly casting (pesca con mosca).
Los lugares para cada modalidad podrá consultarlos en el reglamento de pesca o en las oficinas de información turística. Para adquirir equipos existen comercios específicos muy bien surtidos.
Un consejo: recurrir siempre a los servicios de un guía de pesca. Existen muchos y muy buenos, y serán la mejor elección para garantizar una jornada inolvidable.